Escribe: Prof Mónica Vitta-
Lectura crítica y aportes: Lic. Adriana Serulnicoff
ACTOS ESCOLARES Y EFEMÉRIDES.
Una invitación a reflexionar, una apuesta a un mejor enseñar.
El presente es un texto que intenta colaborar en la reflexión respecto de los actos escolares y las efemérides. Tal vez permite pensar de otra manera las prácticas en el Nivel Inicial....
Las fechas Patrias y demás fechas establecidas por el
calendario escolar pueden tener, para varios de nosotros, diferentes representaciones .
Muchas son las veces que las vivimos como aquello que
interrumpe lo que “estamos dando” y por lo tanto su tratamiento se traduce en
obligatorio. En otros casos nos interesa en tanto y en cuanto viene acompañada
de un feriado. En algunas ocasiones las efemérides nos resultan una carga si en
nosotros recae algún tipo de designio de parte de las autoridades escolares. Y,
en el mejor de los casos, las entendemos como espacios pedagógicos en los que
las oportunidades de enseñanza y aprendizaje se
adosan a un común, que por otra parte será tratado en todos los años de
la escolarización. Así y todo es común encontrarnos con adultos que no pueden
definir si el Día de la Independencia es el 25 de Mayo o el 9 de julio… ¿Cómo
puede ser si durante, por lo menos 7 años han sido testigos de los discursos y
las propuestas de enseñanza?
Cabe aclarar que esto no es casualidad, no es solo "un error producto de las malas enseñanzas de la escuela" sino que es funcional a como la historia oficial presentó al 25 de mayo como "el nacimiento de la patria".
Parece que estamos frente a una situación en la que debemos
replantearnos varias cuestiones y en esto no pretendo ser innovadora, dado que
desde hace ya varios años esto viene replanteándose desde lo teórico, pero
fundamentalmente desde lo práctico.
¿Por qué? Me atrevo a
decir que nosotros mismos, los docentes, nos hemos cansado de escuchar año tras
año lo mismo, un algo que, a veces, ni siquiera era cierto, un algo que evitaba
el conflicto, la confrontación, la disidencia, aspectos comunes de toda
relación humana, mucho más aún cuando se está perfilando un país.
Es hora de que los docentes definamos nuestra
postura en relación a la enseñanza de
las efemérides, una postura que seguramente tendrá posibilidades de mejora y
transformación.
Para enseñar hay que
saber. Habrá que revisar conceptos aprendidos, porque tal vez estaban mal
aprendidos, o por lo menos se nos negó parte de la información. ¿Colón
descubrió América? ¿por qué la bandera Argentina es celeste y blanca?¿El Primer
Gobierno Patrio fue de Argentina, estaba así constituido nuestro territorio?
Algunos podrán cuestionar si nuestros pequeños alumnos están en condiciones de aprender
estos conceptos y la respuesta en varios casos tal vez sea negativa, no
obstante eso no nos exime de tener que saber, porque peor que no enseñar es
enseñar mal, convencidos de que está bien.
Además algunas investigaciones (Carretero y
otros) dan cuenta que los estereotipos que los chicos aprenden en su
escolaridad temprana se convierten en obstáculos para construir una mirada
compleja de la historia cuando estén en condiciones de hacerlo
Para enseñar hay que
creer en las condiciones de quien aprende. - y a la vez, crear las mejores condiciones para que
realice sus primeros acercamientos a temáticas que resultan complejas por ser
tan distantes en el tiempo y muchas veces también en el espacio- Habrá entonces que replantearnos
quién es el sujeto de aprendizaje de hoy, tan cargado de información, tan
bombardeado de datos. Posiblemente nuestra tarea tenga que limitarse a
colaborar en la organización de esa información y en el aporte de aquello que
el cotidiano no ofrece. Quedaron atrás los niños como seres inocentes y tiernos
a quienes podíamos contarles “cuentitos” históricos que tanto se alejaban de la
realidad- Hoy los niños se animan al conflicto, tienen información de la
sociedad, conocen de las injusticias y las desigualdades, bien podrían entender
nuestros alumnos que los negritos del virreinato eran maltratados y se los usaba
para las tareas que otros no querían hacer.
Puede ser este un buen momento para discutir sobre las condiciones
laborales, la igualdad de derechos.
Muchas veces hemos anclado nuestra enseñanza en las
diferencias entre el ANTES y el AHORA. Hemos hecho alusión a que antes usaban
carros, se iluminaban con velas, no tenían tele, los vendedores iban a las
casas, el agua estaba en un pozo. ¿Y Ahora??? Ahora también. Muchos niños
argentinos aún mantienen esas condiciones de vida. Entonces hablar de las
condiciones de la colonia es también la posibilidad de conocer que algunas
personas (que pueden ser ellos mismos) aún viven sin luz eléctrica, por ejemplo.
En este punto hay que tener cuidado con las miradas
anacrónicas. Porque una cosa es que en el siglo XIX se iluminaran con velas
cuando esas eran las condiciones materiales de existencia para todos y otra
cosa muy distinta es que en el siglo XXI algunos no tengan acceso a la
electricidad (para seguir con el mismo ejemplo).
Como en todo lo que refiere a lo social hay cambios (abolición
de la esclavitud en términos legales), pero también hay permanencias y allí bien
puede estar puesta la mirada. Permanencias respecto de aquello que pudo haber
mejorado y aún no se logra (acceso a condiciones dignas en el trabajo, el
acceso al agua corriente) o permanencias como modo de relacionarnos en la
sociedad (la necesidad del trabajo para la subsistencia)
Enseñar Ciencias sociales es reconocernos parte de aquello que
intentamos enseñar, es descubrirnos siendo mirados al mismo tiempo que miramos.
Es ser espectador y protagonista, y por lo tanto es complejo. Tan complejo como
la realidad misma, una realidad a la que hemos simplicado para enseñar y que
hemos hasta infantilizado para enseñar a los más pequeños, una realidad a la
que hemos despojado de diferencias, conflictos y debates desconociendo que
nuestros alumnos también pueden ser críticos de esta sociedad que aprenden y en
la que intentan incluirse. Tener como
intención que su postura frente a una situación social sea crítica posibilitará
también que no sólo se inserte en la sociedad, sino que también pueda ser promotor
de transformación.
Enseñar algún aspecto
referido a la efeméride, no es lo mismo que preparar el numerito para el acto.
El acto escolar es muchas veces motivo de encuentro
comunitario. Pensar los actos en relación a los contextos es no darle una categoría
única a algo que no lo tiene.
Muchas veces en el
ámbito rural es un momento esperado de encuentro con los otros, del mismo modo
que en el ámbito urbano puede ser vivido por las familias como una obligación o
una carga que interrumpe la rutina. Solemos quejarnos los docentes que no se le
otorga la importancia que creemos
debiera y buscamos modos de atracción familiar cobrando relevancia el
“numerito”. En este aspecto todos
nosotros tendremos experiencias como alumnos y como docentes en las que apoyar
esta idea.
Pensar los actos más allá de las efemérides es una tarea
institucional que debe darse en el marco del contexto, de las distancias, de
las organizaciones familiares, de la significación de las mismas. ¿Pensamos qué
tan significativo puede resultarle el 9 de julio a una comunidad Boliviana?- A
las que muchas veces instamos a usar la escarapela o a cantar el himno. ¿Nos imaginamos
viviendo, por razones laborales o las
que fueran, en otro país, teniendo que portar una escarapela que nos es ajena,
participando de un festejo que nos resulta sin significado? La opción no es
pasarlo por alto, la opción es reconocer a los otros en su particularidad y
ofrecer una propuesta que resulte significativa. Y eso no es parte de una
receta, eso es tarea Institucional.
Son muchas las veces que el acto escolar termina siendo la
excusa para recaudar fondos para la Institución, siendo esta situación también
un excluyente de aquellos que saben no podrán acceder a lo que se ofrece.
El acto escolar es un momento de relevancia en tanto se
destaca del común de los días para aportar diferencia, para instalar en la
comunidad la importancia de ciertos momentos, de hechos (día de la
Independencia) o cuestiones (día de la Tradición) que las políticas definen
como identitarias. Poder definir cómo convocar a un acto, cómo recibir, cómo
atender a los invitados, qué ofrecer a los mismos es definir la significancia
que se le otorgue.
Pensar también el contexto es pensar nuestras propias
condiciones edilicias y de infraestructura. Muchos de los Jardines que no
cuentan con SUM ( salón de usos múltiples) definen modalidad de taller en las
secciones para los actos de invierno, o un gran desfile en la calle, u otros
formatos que sean promotores de encuentro, de disfrute, de aprendizaje.
No obstante es importante que los festejos
comunitarios y escolares no queden reducidos a las efemérides sino poder
inventar otros modos de festejar juntos la posibilidad de encontrarnos escuelas
y familias para festejar la posibilidad de educar a nuestros niños.
¿Y los discursos?
¿Palabras sencillas o complejas? ¿Para los chicos o las familias?
Yo me animo a decir que las palabras alusivas pueden ser más
para las familias que para los alumnos, ya que con ellos seguramente lo hemos
ido tratando previamente. La intención del discurso es centrar la mirada en
aquello que se celebra, pero también sería interesante hacer referencia a su
lazo con el presente, con esta comunidad, con el cotidiano. Definir que el 25
de mayo fue resultado de un proceso de
años, que fue la disconformidad social, la tarea solidaria, comprometida de los
ciudadanos (que en ese momento eran los blancos), la valentía de quienes se
opusieron a lo dado, es también decir que los cambios sociales se producen
cuando no nos quedamos callados ante lo que se nos presente como injusto, es
juntarnos con otros para demandar a quienes tienen el poder de tomar
decisiones, es reconocer el valor de quienes luchan por mejoras sociales,
laborales, de género, etc, porque esas personas hacen, como ayer, la historia
de nuestro pueblo.
Poder contar a la comunidad boliviana, paraguaya o alemana
de nuestro contexto escolar cómo fue el proceso para llegar a definir nuestra
independencia, es reconocer que ellos han elegido nuestro país para formar su
familia, tener hijos, criarlos, es hacerlos partícipe de la historia de un país
que los recibe, es reconocerles que con su trabajo y en la formación de sus
hijos también son la historia de este pueblo, que también se hizo con
inmigraciones.
Bien puede ser este momento un momento más íntimo, breve e
incluso previo al ingreso de los niños al espacio de acto.
De ninguna manera lo que aquí se plantea son recetas o modos
de hacer, sino posibilitadores para pensarnos en nuestra tarea. Para intentar
hacer una educación más significativa, más adecuada a estos tiempos y a estas
infancias, más respetuoso de los otros, más propiciadora del pensamiento
crítico, de la formación de ciudadanos.

¿Y los famosos
numeritos? Respecto de lo que se ofrece como “espectáculo” también hay que
ser cuidadoso, dado que hacer bailar a los niños un candombe, que expresa en su
letra que los negritos estaban contentos, es mal transmitir un contenido
histórico. Podemos mostrarlo como parte de un todo que refiere a las costumbres
de la época, no obstante es importante aclarar a los presentes que los negritos
eran esclavos y estarían al margen de los procesos revolucionarios y que
bailaban en los lechos de los ríos por las noches porque era su modo de
expresar su añoranza por sus orígenes, que los instrumentos musicales con que
acompañaban los bailes eran de fácil construcción y a veces de pequeñas
dimensiones, para poder ser llevados a escondidas, dado que
las buenas noticias para ellos llegaron varias décadas después (1853).
No obstante hay algunas investigaciones recientes (Di
Meglio) que dan cuenta que los sectores populares y los
esclavos cumplieron un rol importante fundamentalmente porque formaron
parte de las milicias, actor social fundamental en este proceso de Crisis, Revolución
y Guerra-
Recordar el 25 de mayo con los vendedores ambulantes sin
significarlo, sin incluir otros conceptos es como recordar la vuelta a la
democracia en 1983 con el vendedor de banderitas, de choripanes o coca-cola.
Mostrar ciertos aspectos de la época debe ser contextualizado. No estoy
queriendo decir que está mal o que no se debe hacer, estoy tratando de que
pensemos juntos su significado y, en todo caso, cómo significar esas costumbres
frente a los presentes y a los niños.
Puede o no estar
aquello que se trata en el acto relacionado con el abordaje que en la sala se
haya hecho de las efemérides, lo que se debiera evitar es que aquello que se
muestra en el acto carezca de concepto para los niños. Si para el día de la tradición las docentes
del jardín deciden que cada sala represente una danza, es importante que por
ejemplo no se exprese que el folklore era lo que bailaban los gauchos- en
pasado-, porque es en definitiva un modo de expresarse que aún se sostiene, que
en muchos contextos de nuestro país es habitual, porque es acervo cultural,
tradición; aunque conviva con otros
géneros más modernos.
Resulta necesario en
la enseñanza de las ciencias sociales descentrarse de la propia historia, del
propio contexto cercano. Ampliar nuestra mirada hacia las costumbres de las familias de la comunidad y del resto del país.
Puede ser un buen ejercicio para permitir a los niños ampliar las propias, ya
que de eso se trata la educación.
¿Y qué del abordaje
de las efemérides? En relación a esto me remito a la definición que expresa: “sucesos notables ocurridos en la fecha en que se
está o de la que se trata, pero en años anteriores”. Es entonces recordar
aquellos eventos o motivos que las políticas definen como necesarias de ser
transmitidas de generación en generación para otorgar identidad y pertenencia
nacional.
Por ejemplo, odemos decidir que en una tercera sección
trataremos cómo se vivía en esos tiempos, para poder jugar a la época colonial.
Cómo eran las relaciones sociales, qué hacían los niños, dónde estudiaban, qué
hacían las señoras, cómo se divertían los hombres, dónde se compraba la comida,
cómo eran las casas, cómo era la ropa, etc. Se hace necesario investigar, buscar
información que nos sirva para preparar nuestro juego, nuestro escenario
lúdico, para armar nuestro vestuario, para saber cómo jugar cada rol. ¿Alguien duda
de que los niños vayan a aprender? Ahora, ¿hay que hacer esto en el acto? Quienes
tengan la posibilidad tecnológica podrán simplemente mostrar fotos o un power
point del proceso y los niños disfrutarán sentados con sus familias. Tal vez
pueda idearse una pequeña dramatización, pero de lo contrario puede pensarse algo
ajeno a lo abordado. Una expresión corporal espontánea con pañuelos celestes y
blancos, sabiendo los niños que es el modo en el que van a manifestar el contento por recordar una
fecha importante para nuestro país. Y en la propuesta de expresión podrán
elegir una música que represente su sentir, podrán definir si lo harán en ronda
o dispersos por el espacio, y tantas otras cuestiones en las que se los pone en
situación de elegir, de tomar decisiones con otros pares, de resolver
conflictos, de hacerse ciudadanos y no es poco para una fecha patria.
Estoy segura que si se armó una buena
propuesta didáctica en la sala, siempre hay un modo de compartirla.
Es más, si la situación del acto lo permite se le puede
contar a las familias cuánto jugaron y cuánto en el ejercicio de ese
juego aprendieron. Porque sólo puede jugarse a aquello sobre lo que se
conoce. Y eso también está bueno que las familias lo sepan.
Las efemérides más
allá de la obligación:
Pensar el abordaje de las efemérides y la organización de un
acto escolar es mucho más que hacer el telón de fondo. Definir Institucionalmente
qué eje de las efemérides pueden abordarse, como ampliar o complejizar los
contenidos durante todo el trayecto
escolar, cómo hacer de un tiempo escolar un tiempo de enseñanza y aprendizaje
genuino, cómo superar viejas prácticas carentes de sentido pedagógico y social
es parte de la muchas discusiones que aún nos debemos..

Decidir qué tipo de modalidad de acto se realizará
en cada
fecha, pensar cómo invitar y a quiénes- hoy dirigir una nota a los “papis” es
desconocer otras tantas configuraciones familiares y a otros que acompañan el
proceso de crianza de los alumnos-, decidir que las invitaciones las realicen
los alumnos, así como al ornamentación es expresar con hechos concretos que uno
confía en que ellos pueden, que sus producciones son bellas e importantes, que
lo que ellos hacen vale. Explicárselos a las familias es fundamental,
explicarles el valor que posee en los primeros años de vida la definición de la
autoestima, cómo estas simples acciones son posibilitadoras de futuros
diferentes, es digno de ser explicado y ejecutado. Y entonces las invitaciones
y las ornamentaciones dan cuenta de la libertad de expresión, que bien puede
seguir una consigna: “En relación a lo que estuvimos investigando podemos
dibujar damas antiguas o caballeros o esclavos o gauchos con sus trajes típicos”…,
que es muy diferente a decir que “vamos
a hacer pelotitas de papel crepé para pegar en las escarapelas”, en esta última
opción no hay posibilidad de expresión, habrá niños más hábiles y/o sumisos a
las consignas adultas y otros que no les interese o tengan mayor resistencia. Sea
como sea podemos pensar en cuál de las
dos propuestas deben los niños activar sus conocimientos, poner su intelecto a
bucear en lo adquirido para después además transmitir a través del lenguaje
visual aquello que han investigado y el docente entonces no debiera limitarse a decir “ qué
lindo” sino a agregar conflicto “ qué bien que te acordaste que usaban saco
pero, ¿qué llevaban en sus cabezas los caballeros?”. Intentando que cada
momento escolar sea un momento de aprender.
Con respecto a la invitación en otros tiempos las
preceptoras ocupaban mucho tiempo en la elaboración de éstas hoy entendemos que
la elaboración por parte de los niños y hasta la escritura en las salas
superiores es una verdadera instancia de aprendizaje.
La escritura de una invitación posee un formato especial: a
quiénes la dirijo, a qué los invito, cuándo, a qué hora, dónde, quién invita. Eso
es una práctica social del lenguaje y por lo tanto debe ser enseñada, poner a
disposición otras invitaciones a cumpleaños, a eventos comunitarios, a
casamientos, etc es pensar juntos este formato y poder, en todo caso hacer una
construcción colectiva de un texto,
“Docente:- A quiénes
queremos invitar?
Alumnos- A los papás
-
Y a las mamás
-
Y a la abuela
-
Y a mis hermanos
-
Y a Eliana
Docente: Uhhhh, cómo podemos escribir eso para todos, como
lo escribimos? ¿Podemos poner familia?
Alumno: pero Eliana no es de mi familia, solo me cuida
Docente: y cómo les parece que podemos escribir entonces?
Alumna: familias y todos los que quieran venir a la fiesta.”
Construir este texto no es fácil, ni tarea de relleno, debe
fundamentalmente respetar la propuesta de los niños, indagar, conflictuar,
traccionar hacia lo deseado pero respetando sus modos de decir y construir, el
aprendizaje no se acabará en esta oportunidad. Para la próxima también podremos
usar esta invitación como base.
Descubrir en las efemérides oportunidades de enseñanza y
aprendizaje significativo corre el velo de lo rutinario y nos posiciona como
docentes intencionados.
Preguntas para seguir pensando:

-
¿Sirve solicitar a los niños que traigan de la casa información
extensa y con términos complejos al respecto de una temática a abordar si el
docente no ha leído esos textos, si posiblemente sólo queden en una lámina?. No
es mejor ir a casa con dos o tres
preguntas concretas y tratar de responderlas o que la seño o el maestro aporten algunas enciclopedias en
la que investigar o lean a los alumnos un texto expositivo de dónde extraer la
información precisa que necesitamos?
-
¿Sirve dejar en manos del profesor especialista de
artística el acto sin involucrarnos?
-
¿No podría ser productivo que los niños sepan de
saberes sociales, como ponerse de pie cuando entra la bandera o cuando se canta
el himno. Por qué lo hacemos? ¿Qué dice el himno u otras canciones patrias,
incluso algunas canciones para el saludo a la bandera que cantamos cada día en el Jardín? ¿Tienen sentido?
-
¿No es importante pensar los modos de recibir a
nuestros invitados? ¿Cómo vamos a atenderlos? Si es una fiesta y ellos son los
invitados podemos pensar cómo debemos tratarlos para que se sientan cómodos y
quieran acudir a nuestras próximas invitaciones.
-
¿No estaría bueno pensar las palabras alusivas
con otro? ¿Leérselas días previos a un compañero para que aporte
profesionalmente algún concepto, alguna idea o proponga alguna modificación?
-
¿No sería oportuno acordar con la escuela
lindera un acto conjunto o en horarios diferidos pero cercanos en beneficio de
la organización familiar y el respeto por las actividades de los otros?
-
¿No es cierto que en general corremos tras estas
fechas cuando son de lo poco previsto que puede tener nuestro sistema?
-
¿No sería interesante que nos involucremos
todos, que puedan las efemérides y los actos escolares ser oportunidades para
enseñar y aprender significativamente?
-
Es evidente que algo está pasando en relación a los actos
escolares y las efemérides pero que aún nos debemos tiempos de discusión
pedagógica y social en tanto son algunos de los momentos en los que se hace más
visible la relación comunitaria.
Acá no hay recetas,
es un intento de explicitación de fundamentos, es poner por escrito aquello que observo que
se está gestando en las prácticas, es una invitación a reflexionar sobre
nuestro hacer, una apuesta a un mejor enseñar, más placentero, menos tensionante,
más relajado y seguramente más efectivo.
Es, tal vez, recocer lo real, imaginar lo ideal y accionar
sobre lo posible.
Prof. Mónica I Vitta
y para Graficar les comparto ( con su permiso) lo que me escribió una docente:
"El acto escolar del jardin fue superador, ademas con el barro y los cortes de luz no estamos tan lejanos en el tiempo, la asistencia fue media toda la semana te imaginas que en el fondo no pueden salir, hubo barberia y casa de peinados de doña clementina, tienda y almacen general, pulperia y juego de taba, circo criollo con coplas norteñas y bagualas, casa de mate, tortas fritas y mazamorra. persecucion del virrey, el sum se convirtio en un gran escenario donde todos se vistieron con los detalles que encontraron a disposicion y verdaderamente jugaron sin sentirse observados por sus familias que te aseguro no podian creer como se organizaban en el juego, los dialogos que entablaban en pequeños grupos y por supuesto las maestras participaban entrando y saliendo del juego, rotando por los diferentes grupos mas alla de los propios, los chicos terminaron de jugar, ordenaron y la gente se quedaba sentada comentando, las devoluciones fueron maravillosas"
Para ver contenidos
referidos al 25 de mayo